Publicado el Primer Informe PARTICIPA
Publicado el Primer Informe PARTICIPA
Tras más de 2 años recogiendo datos de una cohorte de más de 2.000 personas con discapacidad residentes en España y Andorra, el proyecto PARTICIPA del Institut Guttmann revela en su primer Informe numerosas barreras que disminuyen significativamente la calidad y la cantidad de la participación en sociedad de las personas con discapacidad, y deja patente factores tradicionalmente poco conocidos, como la percepción de soledad y de aislamiento social y la poca capacidad de decisión sobre el tiempo libre, entre otros. Así, un 15,8% de las personas con discapacidad se sienten “aisladas”, un 17,3% percibe que las personas están “a su alrededor, pero no con él o ella” y menos de la mitad (46,9%) puede elegir siempre o casi siempre cómo pasar su tiempo libre. Y todos estos factores, indica el informe, son debidos a la existencia de barreras en el entorno.
El equipo investigador ha detectado barreras de acceso a la vivienda, no solo la propia: un 62,6% de los participantes tiene dificultades para acceder a los domicilios de familiares o amigos. Una de las consecuencias es, por ejemplo, que el 13,6% de las personas con discapacidad manifiesta que nunca o rara vez encuentra compañía cuando lo desea.
“Estos resultados derivan de una realidad, que es que la discapacidad se construye socioespacialmente, de modo que tanto el entorno físico como el interpersonal pueden situar fuera de lugar a aquellos sujetos que no se adaptan al estándar ideal humano, que generalmente es un hombre, blanco, con elevado nivel socioeconómico y sin discapacidad”, expone Blanca Cegarra, socióloga e investigadora del proyecto. Esto, añade Cegarra, es consecuencia de las barreras físicas y sociales. “La sociales son mucho menos conocidas que las físicas, pero igual de determinantes para la participación –explica–. No sólo se trata de participar más, sino de participar en igualdad de condiciones que el resto, y es importante tener en cuenta que acceder físicamente a un espacio no garantiza participar en él en igualdad de condiciones”.
Agravio económico originado por la discapacidad
El informe indica que los ingresos mensuales medios por persona son de 1.050 euros, equiparables a los 1.022 euros de renta media de los españoles, según datos de 2021. “Pero hay que tener en cuenta el agravio económico que origina la discapacidad –explica Joan Saurí, psicólogo e Investigador Principal de PARTICIPA–, ya que hay gastos añadidos por rehabilitación u otras terapias, adaptaciones en el hogar o desembolso en desplazamientos debido a la falta de accesibilidad del transporte público. Tener una discapacidad reduce el poder adquisitivo”. En este sentido, un estudio de 2019 del Ayuntamiento de Barcelona situó en 27.398 euros anuales el sobrecoste de vivir en la ciudad para las personas con discapacidad.
Esta reducción del poder adquisitivo, indican los investigadores, es solo una parte de la “cascada de barreras” a las que se enfrentan las personas con discapacidad. PARTICIPA revela que el 71,7% manifiesta dificultades de acceso al espacio público, y el 64% se topa con barreras en el transporte de corta distancia. Esta falta de un transporte adecuado afecta de manera transversal a otros ámbitos. Por ejemplo, el estudio demuestra que es una barrera relevante para acceder o mantener un trabajo: una de cada tres personas considera que su medio de transporte no es suficiente para conservar un trabajo y ser un trabajador responsable.
También en el ámbito laboral, un 74% considera que el dolor derivado de la discapacidad dificulta la capacidad para trabajar. “Ante esta situación, se requiere un mercado de trabajo accesible e inclusivo que permita a las personas con discapacidad la oportunidad de tener un empleo alejado de las exigencias capacitistas y productivistas”, denuncia Cegarra. Sobre todo porque, añade, “la persona puede encontrarse en un círculo vicioso que se retroalimenta: por ejemplo, si tienes problemas para desplazarte y por ello no trabajas, puede que generes menos ingresos y no tengas los apoyos necesarios, lo que repercute en que realizas menos actividades culturales y de ocio y, por tanto, disfrutas de menos relaciones sociales”.